lunes, 13 de junio de 2016

¿Daño a los espermatozoides por celulares o móviles?

(Artículo escrito en Recife, Brasil, 2014).
Hace algunas semanas el grupo de los investigadores Jessica A. Adams, Fiona Matheus, y colaboradores, de la Universidad de Exeter (Reino Unido) publicaron un meta-análisis* (estudio en el que se comparan distintas investigaciones con una temática común para obtener conclusiones más generales) en el que establecieron la posibilidad de que la radiación electromagnética de los teléfonos celulares (o móviles) ocasiona daño en la motilidad y vida de los espermatozoides. El supuesto daño se vería potenciado por el hecho de que los hombres llevan normalmente estos dispositivos en los bolsillos del pantalón. Como suele ocurrir, hubo medios de comunicación que, sin mesura alguna, difundieron que la radiación de los móviles daña los espermatozoides sin tomar en cuenta que los resultados no fueron concluyentes.
Las señales de móviles y routers son inofensivas
Las más recientes investigaciones auspiciadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Comisión Internacional para la Protección contra las Radiaciones no Ionizantes (ICNIRP, por sus siglas en inglés) y la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) no han demostrado que la radiación electromagnética (en el orden de los Hz, KHz o MHz) de móviles, routers o cableado eléctrico de casas y edificios sea nociva.
Aunque por motivos precautorios es válido que se siga buscando alguna posible correlación, es importante también que quienes realizan estas investigaciones sean conscientes de que las ondas de radio y las microondas se ubican en la parte mucho menos energética del espectro electromagnético, lo cual las vuelve inofensivas en el nivel de baja intensidad que se utiliza en la cotidianeidad.
La radiación electromagnética
La radiación electromagnética conforma un espectro: ondas de radio, microondas, radiación infrarroja, luz visible, radiación ultravioleta (UV), rayos X y radiación gamma. Conforme la longitud de onda disminuye (distancia entre crestas adyacentes), o aumenta la frecuencia (ciclos por segundo o por metro), la radiación electromagnética es más energética.
De acuerdo con la mecánica cuántica, la radiación electromagnética, además de tener un comportamiento ondulatorio, puede describirse mediante partículas: fotones. Un fotón de microondas (longitud de onda del orden de los cm) es mucho menos energético que un fotón de rayos X (longitud de onda aproximada de 0.1 nanómetros ‒10-9 m‒) o menos aún si lo comparamos a un fotón de rayos gamma (longitud de onda inferior a 0.01 nanómetros).
Espectro electromagnético.
La radiación electromagnética a partir de los rayos UV de alta energía (longitud de onda entre los 50 y los 15 nm) hasta los rayos gamma, es ionizante. Es decir, los fotones de esta región del espectro son capaces de desprender electrones de átomos y moléculas, y romper enlaces químicos. La radiación restante es no ionizante.
Una analogía
Imaginemos lo siguiente: hay una serie de habitaciones contiguas con ventanas que dan hacia la calle las cuales no tienen vidrios pero sí barrotes. En el centro de cada habitación hay una “torre” de fichas de dominó sobre una mesa. Afuera, a lo largo de la acera de enfrente hay personas con proyectiles esféricos de tamaño variable. De pronto, ayudados por pequeñas catapultas, comienzan a lanzar los proyectiles más grandes hacia las habitaciones. Estos se estrellan en las paredes y barrotes de la ventana. Ante el ensordecedor ruido las fichas de dominó comienzan a vibrar un poco. Después, los lanzadores comienzan a arrojar proyectiles más pequeños y más pequeños hasta lograr que algunos logren colarse por entre los barrotes. Unos proyectiles alcanzan la mesa y otros golpean la torre de fichas la cual comienza a sufrir daños importantes. Al final, cuando los proyectiles son diminutos, impactan con violencia una o dos fichas. Tal ataque selectivo provoca que las torres se mantengan pero sin un número importante de fichas.
Analogía habitaciones-células.
Con tal escenario en mente pensemos que la serie de habitaciones representa a células de un tejido (como la piel); que las paredes y ventanas son las membranas de las células, y que la torre de fichas de dominó es el código genético (ADN) del núcleo celular. A su vez, los proyectiles grandes de madera representan los fotones de longitud de onda relativamente grande; entre más pequeños son los proyectiles menor es la longitud de onda de los fotones. La velocidad que alcanzan al ser lanzados representa la intensidad (“luminosidad”) de los fotones, no su energía, puesto que, como vimos, la energía se relaciona directamente con la longitud de onda.
Los fotones con longitud de onda más grande (proyectiles grandes) “impactan” la parte externa de las células más expuestas. En ningún momento pueden "penetrar" la célula y menos aún alcanzar el núcleo celular donde se aloja el ADN (torre de fichas). Lo mismo sucedería para los fotones con longitud de onda menor (proyectiles medianos) como la infrarroja o la luz visible. La energía del “impacto” se disiparía en la superficie en forma de calor; sin embargo, si los fotones fueran de rayos UV de alta energía, tendrían la capacidad de atravesar las capas externas y quizá impactar el núcleo celular (como los primeros proyectiles capaces de atravesar los barrotes). Si los fotones fueran más energéticos aún ‒rayos X o gamma‒, los fotones podrían “atravesar” con facilidad las membranas de las células y del núcleo, e impactarían selectivamente en alguna región de la molécula de ADN (como lo hicieron los proyectiles más pequeños en ciertas piezas de la torre). Esto último podría ocasionar mutaciones en el ADN que podría devenir en cáncer si la célula logra sobrevivir y comienza a dividirse con irregularidad. Estos fotones, capaces de interactuar con las moléculas pertenecen a la radiación ionizante.
Consideraciones finales
Quizá la analogía no es afortunada ante la extrañeza de imaginarnos un proyectil que represente un fotón con una longitud de onda kilométrica (como las ondas de radio) pero nos permite visualizar con claridad que solamente los fotones con una longitud de onda del orden del tamaño de átomos o moléculas son capaces de interactuar con ellas en forma directa.
Además de que la radiación no ionizante no produce ningún efecto en la estructura molecular de las células, podemos añadir que las microondas (radiación electromagnética que utilizan los móviles), es aproximadamente mil veces menos energética que la radiación infrarroja (emisión de calor). Si desde que somos concebidos emitimos esta última radiación y no sufrimos daño por ello, mucho menos aún debería causárnoslo la radiación de microondas en los niveles de intensidad normales de la vida diaria (menor a 0.012 W/m2 ‒como comparación, la potencia de la luz solar que recibe la Tierra es aproximadamente 13.7 W/m2‒). Así que, contestando a la pregunta del título de este artículo: no, los móviles no causan daño ni a los espermatozoides ni a ninguna otra célula de nuestro organismo.

* Jessica Adams et al. Effect of mobile-telephones on sperm quality: A systematic review and meta-analysis. Environment International 70 (2014), 106-112.

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